La clase de hoy ha sido muy diferente a los demás días. Hoy hemos dedicado la clase a la relajación.
Tomás ha dividido la clase en dos, creando un circulo en el medio. En ese círculo interior una parte de la clase se tenía que sentar en cada una de las sillas y estar con los ojos cerrados durante 15 minutos, que es lo que dura aproximadamente esta sesión de relajación mientras escuchábamos una música relajante.
El resto de la clase hemos seguido las indicaciones que nos hacía Tomás como:
- Andar sigilosamente y despacio siguiendo el círculo.
- Acariciábamos a un compañero, de forma muy sutil y sin apenas tocar.
- Tocábamos la cabeza de forma intermitente.
- Mientras les hacíamos esto, a veces, mirábamos al compañero que se lo hacíamos para ver si se encontraba bien.
Repetíamos varias veces esos pasos, hasta que nos íbamos al final de la clase para que los compañeros se despertaran y abrieran los ojos poco a poco. Una vez hecho una parte de la clase, lo hicimos con la otra parte.
Cuando terminamos cada sesión hicimos un tiempo de reflexión y de aportación sobre qué nos había parecido, cómo nos habíamos sentido, mal o bien, en qué momentos nos sentimos bien y cuáles no, sí nos había gustado o no, etc.
Es importante anotar que la música seleccionada para este tipo de sesiones debe ser:
- Música que no te identifique con nada, ni con una voz, ni con un instrumento, etc.
- Música que no sea ni rápida ni lenta.
- Música que no tenga sonidos provenientes de la naturaleza: olas del mar, pajarillos, lluvia, etc.
Esto es muy relevante para que la persona que se quiera relajar no se vaya a la música y piense en ella, porque sino no funciona la relajación. Por ello adjunto un tipo de música que puede ser útil para este tipo de sesiones, como por ejemplo la música Zen.
https://www.youtube.com/watch?v=eX445QJ0fwE
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